De 500 a casi 600 eventos sísmicos se han detectado en los litorales del Golfo de California en una etapa de tiempo del 2005 al 2015, más los acumulados hasta este año 2017, dio a conocer el investigador de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Espacio (FACITE) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) Carlos Moraila Valenzuela, quien destacó la necesidad del monitoreo tectónico de la placa del Pacífico, ya que gracias a estos estudios geodésicos se puede considerar la deformación del Golfo de California.
Indicó que los eventos sismológicos registrados en esta parte del litoral mexicano, entre los años señalados anteriormente y el actual, versan entre fuerzas desde 1 hasta 6 magnitudes de momento o Mw (por sus siglas en inglés), esto entonces significa una escala logarítmica que se usa para medir eventos sísmicos y terremotos.
Moraila Valenzuela subrayó que dicho monitoreo y rastreo de eventos se realiza en los estados de Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur, lo que significa que estos estudios son encaminados para concientizar a las autoridades, específicamente a protección civil de los estados antes mencionados.
“Los riesgos no se deben medir como tal sino simplemente monitorearse (…) lo que sí es importante conocer en un riesgo es qué tan vulnerables somos a él para poder minimizarlos (los riesgos) y sobre todo el desastre que se pueda causar“, apuntó.
En base a ello, el investigador expresó que los eventos sísmicos monitoreados y estudios preliminares indican un movimiento ligero de la península de Baja California conforme al continente relacionado a las placas tectónicas.
“Queremos ser alarmistas en este caso, considerando la cantidad de eventos sísmicos, ya que el caso más considerable fue el sismo de la sierra de Cucaph en Mexicali el 4 de abril de 2010 de una magnitud de 7.2, el cual lo estamos estudiando para que sirva como pauta para próximos eventos y poder condicionar los riesgos y minimizarlos”, recordó.
En consecuencia, Carlos Moraila Valenzuela señaló que es importante conocer la energía que se almacena antes, durante y después del sismo, para ello se utilizan software como CORS y SOPAC que permiten obtención de datos y precisión de los mismos mediante un GPS.
Fuente: comunicación social